El arte del canto tiene raíces tan antiguas como la misma existencia del ser humano. Esto se refleja en Job 38:7, donde se menciona que durante la creación del mundo, "todas las estrellas de la alborada alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios". Este pasaje bíblico sugiere de manera concluyente que el arte del canto existía mucho antes de que el ser humano fuera creado. Sin embargo, no sería inapropiado ni ilógico considerar que Dios, al observar que todo estaba completamente imbuido de espiritualidad, decidió crear al ser humano para que sus emociones y su voluntad enriquecieran aún más el canto y sus manifestaciones artísticas.
Es fundamental destacar que el canto resurge con la creación del ser humano, a través de su primera expresión vocal. En sus orígenes, el canto fue una forma extraordinaria del lenguaje, posiblemente impulsada por la devoción primordial. Algunos argumentan que el canto existía incluso antes del lenguaje hablado, aunque en este caso se refieren a especies inferiores al ser humano, como las aves.
Entonces,
¿Qué es el canto?
En esencia, el canto se define como un conjunto de palabras que se convierten en música mediante la amplificación de diversas modulaciones de la voz (Hugo Riemann, Diccionario
de la música).
Se trata de emplear palabras que se entonen y realzarlas mediante una variedad de técnicas vocales, aprovechando adecuadamente los dispositivos de resonancia (Alexandre, J., 2017).
Después de exponer lo mencionado previamente, veremos a continuación que cualquier persona que tenga una voz hablada puede, por lo tanto, trabajar hacia el desarrollo del canto si su voz hablada tiene un timbre normal.
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